Un any més els nostres nens i nenes segueixen aprenent de la mà de l’autora Ana Luisa Ramírez amb el taller Cuando escribir es un juego, Hic Sunt Dracones: “Los mapas nos permiten recorrer grandes distancias con botas de siete leguas. Para ello, tenemos mucho de lo que hablar, curiosear, proponer, investigar, leer, ilustrar, escribir…”
Us oferim el resum que ella mateixa ha fet:
Siempre he defendido que los libros no conocen edades, un libro es de quien lo disfruta y lo hace suyo, tenga el lector la edad que tenga.
En mis encuentros virtuales, con niños/as y adolescentes homeschoolers, me llama muy gratamente la atención algo que viene siendo ya demasiado inusual: la falta de juicios preconcebidos que tienen ante la literatura.
No importa de qué libro se hable en el club de lectura o en el taller de escritura cuando sale a colación un título en un momento dado. La atención se agudiza en el grupo como accionada por un resorte. Los he visto preguntar, ávidos de información, sobre títulos, autorías, editoriales ¡e incluso traductores! de un libro; ya fuera este un álbum ilustrado calificado de “infantil” o publicaciones tan diversas y “de adultos” como Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, Breve guía de lugares imaginarios de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi, cuentos o libros informativos. Y estoy hablando de personas de entre 8 y 14 años.
Tal vez me equivoque, pero en el encuentro en el que hablamos de El tiempo entre engranajes, advertí una especial atención cuando me refería a la importancia de preservar la memoria en el tiempo, porque si conocemos el pasado del que venimos, podemos entender mejor quiénes somos en el presente.
Entretanto, Mar, una de las niñas asistentes, escuchaba atentamente mientras dibujaba elementos de “tecnología avanzada”: los cascos luminosos que llevaba otra de las participantes, relojes digitales y, junto a ellos, una peculiar imagen de la Muerte.
A pesar de la distancia que imponen los encuentros virtuales, organizados por la CCRRH (Coordinadora Catalana pel Reconeixement i la Regulació del Homeschooling), siempre percibo a los miembros de estos grupos receptivos, participativos y sin mostrar el menor asomo de actitudes competitivas. Sumidos cada cual en sus intereses particulares, los comparten con los demás con total espontaneidad mientras se abren a las participaciones ajenas.
Lo que estos muchachos/as conservan, me entusiasma porque es algo que, con gran decepción, veo debilitarse día a día. Se llama CURIOSIDAD, ganas de saber y compartir, descubrir el mundo por detrás de lo puramente aparente. Y eso hoy es un valioso y escaso tesoro. No lo perdáis nunca.
Ana-Luisa Ramírez